Recomendaciones de la Asociación Colombiana de endocrinología, Diabetes y Metabolismo para el manejo de la Obesidad Volumen 2 

Según el reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a nivel mundial se estima que para el 2016 existían más de 1,9 billones de adultos con sobrepeso y, de estos, 650 millones con obesidad. Estos números son más impactantes que los mostrados en cualquier otra enfermedad crónica no transmisible. Ahora bien, se debe especificar que estas cifras son de obesidad, la cual se define, de una forma simplista, como un índice de masa corporal (IMC) de 30 kg/m2 o más. Lo anterior denota el terrible problema a nivel de salud pública, esto debido a la alta prevalencia de obesidad a nivel mundial y sus riesgos para la salud relacionados con un sin número de comorbilidades propias del exceso de grasa e inflamación subsecuente.

Tal vez, lo más temerario es que, a pesar de seguir practicando la medicina en obesidad basada en el IMC, aducimos que el riesgo de esta enfermedad radica en su capacidad de favorecer el devenir de diversas enfermedades, como la diabetes mellitus tipo 2, la hipertensión arterial, la dislipidemia, la apnea del sueño (SAHOS) y el hígado graso, entre otras.

Si bien, no está muy alejado de la realidad, se debe entender que la obesidad por sí misma altera la función de diferentes órganos, secundario a procesos inflamatorios crónicos, lo que empeora el pronóstico de enfermedad y la calidad de vida del paciente, como sucede en la cardiopatía obesogénica, nefropatía obesogénica o artropatía del paciente con obesidad, entre otras.